Estás viendo cómo sale el sol, desde una playa serena, y te dibuja una sonrisa en el alma. Oyes desde tu cama el canto alborotado de los pájaros y es imposible pensar que en ellos y en la naturaleza haya tristeza. Recuerdas tus últimas carcajadas, la risa de los niños que amas y saltas empujado por la efervescencia de endorfinas y todo un coctel de químicos alborotados. ¡¡Puedes sentir, reír, sonreír… estás vivo!! 

Tú eres vida, existencia, conciencia y dicha.
Siente estas palabras, concientiza qué producen en ti: “Yo soy existencia, conciencia y dicha”, mantra que propone el maestro espiritual Bhagavan, de la Universidad de la Unidad (http://www.onenessuniversity.org/)

Dicha divina
Es posible que aún para algunas personas sea difícil asociar lo espiritual con la dicha. Podemos ver en el arte religioso cómo por siglos lo divino se asociaba más al sufrimiento, a lo “serio”.  Sin embargo, también ha habido religiosos destacados que han dejado escritos de sus experiencias místicas, en los que hablan de goce, de éxtasis, de alegría del corazón al entrar en común con Dios.
La dicha es el sentimiento que surge al sentir amor; también del agradecimiento por existir. Pero hay una dicha que no necesita motivos ni escusas, no es producto del convencimiento de la mente. Es la que surge espontánea, al expandirse la conciencia, al rendirse en meditación, en contemplación.
Es la alegría serena del alma que se siente en una oración profunda, en una meditación, o  en el contacto con el templo sagrado que es la naturaleza; que nos eleva a mayores estados de conciencia, y a la vez es el producto de esa elevación.

Como prescripción
En nuestra vida cotidiana, cuando incorporamos más risas y sonrisas aumentamos nuestra salud física y psicoemocional.
Como seres humanos nos hemos desconectado tanto de las necesidades reales del alma, que hemos perdido en cierto grado la capacidad de reír y disfrutar. Es por ello también que han surgido ayudas como la risoterapia, que es una técnica de psicoterapia en la que se utiliza la risa como herramienta para sanar.
Son muchos los que se quejan que a si seguimos haciendo chistes y bromas de lo que nos pasa, no avanzaremos como país. Cierto, hay que tomarse las cosas en serio y con fuerza.
El humor no es para evadir eternamente los problemas, sino que nos sirve, entre otras cosas, para recargarnos las baterías y abordar las situaciones con mayor fuerza y optimismo.
El humor nos conecta con el optimismo. “Si te conectas con el pesimismo, la tristeza y la depresión no logras ningún buen resultado. Mientras que sonreír te cambia totalmente el estado de ánimo”, señala Menahem Belilty, experto en risoterapia y coach de bienestar.
Belilty recomienda reírse todos los días, con todas las vocales. En la casa, frente al espejo; en el automóvil, con un CD de risas al cual apelar en el tráfico. No cuesta nada y produce mucho.
Utiliza la risa, el disfrute, la sonrisa para sanar el cuerpo y alma, y poder así elevar tu frecuencia, para calmar la mente, rendirte ante la presencia de lo divino, de Dios, sentir esa dicha serena en tu ser… hasta que te conviertas en un momento en esa sonrisa, esa sonrisa del alma, nada más…
“Me dormí y soñé que la vida era Alegría. Desperté y vi que la vida era Servicio.  Serví y encontré  la alegría” (Rabindranath Tagore, filósofo y poeta de la India, premio Nobel de Literatura)