Humor como acto de amor

Para muchos, soltar la risa en un contexto “serio” es sinónimo de ese bochinche del que tanto se lamentó el Generalísimo Francisco de Miranda. No obstante -según los entendidos en la materia-, la medicina y la psicología le sonríen cada vez con más fuerza a toda actividad que les permita a pacientes con enfermedades de cualquier origen, emitir una buena risotada, dados los demostrados beneficios que esta acción tiene para el organismo.

Es conocida por muchos la labor de la asociación civil sin fines de lucro Doctor Yaso, Payasos de Hospital, dedicada a entretener a niños y adolescentes venezolanos hospitalizados, partiendo de que la risa es un acto que mejora la calidad de vida. Del mismo modo, existen otras organizaciones y artistas con la misma intención de ejercer el humor como un acto de amor.

Estas líneas resumen el trabajo de apenas tres de los muchos que comparten sus compromisos comerciales con una intensa labor social humorística en diversos centros médicos del país. Ellos son Menahem Belilty, cara conocida del espectáculo humorístico, precursor en Venezuela de la risoterapia y autor del libro Ríete, es en serio; Arlenis Olivero, comedianta, locutora y productora radial; y Jesús Reggeti, técnico superior en Recreación Dirigida egresado del YMCA, formado en India como yogui de la risa y miembro -junto a Jesús Reina Millán y Bonnye Maldonado- del movimiento Venezuela Riendo.

No es un chiste, pero da risa
“La risoterapia no consiste en pararse a contar un chiste para que los demás se rían”, comenta Menahem Belilty. “Se trata de una serie de ejercicios físicos que pueden provocar la risa, con los beneficios que, según los médicos, esto trae al paciente, entiéndase: mejora en la circulación sanguínea, en la actividad respiratoria y en el funcionamiento del sistema inmunológico, sin mencionar que, obviamente, el individuo cambia para bien su estado de ánimo por completo. El concepto es muy simple: una risa simulada termina provocando carcajadas y se transforma en una risa estimulada. Hay un ejercicio básico que es reírse con las cinco vocales: ja, je, ji, jo, ju. Lo recomendable es llegar paulatinamente a practicar un minuto diario por vocal. Al principio, muchos se cansan fácilmente, por ello deben ir a su ritmo para que la práctica sea un hábito, comenzar con 30 segundos por vocal, por ejemplo”. Aparte de esta rutina básica, este risoterapeuta pone a los participantes de una sesión a realizar actividades físicas como caminar en círculo, correr, bailar o lanzar un globo al aire y atajarlo nuevamente, entre otras peripecias.

Subir los valores
Belilty ha llevado la risoterapia a grupos de niños con cáncer, personas con esclerosis múltiple y cuidadores de pacientes con Alzheimer, entre otros. “El caso de los niños con cáncer se debió a una tesis de grado de la Escuela de Psicología de la Universidad Central de Venezuela; los tesistas querían demostrar que la risa podía subir en esos pequeños la inmunoglobulina, que es un valor que protege las mucosas estomacales y respiratorias. El estudio consistió en practicar la risoterapia una vez a la semana, durante mes y medio, con un grupo de 10 niños con edades comprendidas entre los seis y los 13 años. Se les medía el valor antes y después de la sesión. Hubo tres casos emblemáticos: el de una niña en el que la inmunoglobulina subió de cinco a 100 por ciento, otro en el que subió de cinco a 200 por ciento y un tercer caso de una niña que estaba usualmente malhumorada, en el que el valor subió de cinco a 500 por ciento, demostrando, empíricamente, que mientras más necesite el cuerpo el valor pareciera que la respuesta es más beneficiosa y contundente”.

Disminuir los síntomas
Menahem comenta su asombro ante la respuesta a la risoterapia de pacientes con enfermedades como artritis y esclerosis múltiple. “Son personas a las que les cuesta moverse fácilmente, pero que suelen entregarse totalmente a la experiencia; algunos, incluso, llegan a soltar sus muletas para hacerlo. Se desconectan por una hora de los dolores físicos que puede producirles su condición. Obviamente, se toman las precauciones para que no se hagan daño, pero se evita a toda costa tratarlos como enfermos. En este caso, si bien la risa no erradica la enfermedad, puede bajar los síntomas considerablemente”.

Stand Up para todos
Arlenis Olivero presenta sus performances en la Unidad de Psicooncología del Hospital Oncológico Luis Razetti a través de un movimiento al que ella bautizó ¡Voluntarios, activaos!, en el cual convoca a sus colegas comediantes del stand up comedy venezolano a participar en este tipo de actividades benéficas. Además del Oncológico, Olivero ofrece sus performances a pacientes diabéticos atendidos por la Unidad de Endocrinología del Hospital Militar, donde también ha presentado sus monólogos para individuos con enfermedades raras como la acromegalia y próximamente lo hará para individuos en recuperación de la Unidad de Trasplante del mismo recinto.

“Llegué al Oncológico a través de Fundaseno, para quienes hago shows de stand up desde 2007, con rutinas en las que procuro subirles el ánimo a las mujeres que estén pasando por un proceso de cáncer de mama. Obviamente, nunca contemplo la posibilidad de hacer un chiste sobre una enfermedad tan seria. Sencillamente, las llevo a que se reconecten con su sentido del humor a través de cotidianidades femeninas que sí son dignas de que nos riamos de nosotras mismas.

“Si se trata de un público mayorcito en el Oncológico, los invito a evocar episodios de su vida como cuando se dieron su primer beso o les canto boleros de su época. Los más jóvenes se conectan rápidamente con la dinámica porque conocen y disfrutan del trabajo de muchos de los artistas del stand up venezolano.
“A los pacientes diabéticos, sin regañarlos y también en tono humorístico, les cuento mi experiencia con el sobrepeso y cómo lo superé cuando entendí que mi salud estaba en peligro.

“En cuanto a las personas con acromegalia, quienes por su condición tienen una fisonomía muy particular, lo primero que les digo es: ‘aquí la rara soy yo’, jugando a ponerme en su lugar, gesto que reciben con buen humor y mucho agradecimiento. Ojo: la mayoría de los pacientes responde con carcajadas, pero hay quienes terminan llorando, son procesos muy complejos. De lo que uno tiene que estar consciente es de que esto es un acto de amor, de compasión y de absoluta solidaridad”.

Yoga y bochinche
Jesús Reggeti lleva mensualmente a los pacientes del Hospital Oncológico Luis Razetti el yoga de la risa. “Como su nombre lo indica, esto no es yoga tradicional. Una sesión comienza, por lo general, con un gran aplauso en el que se juntan las manos procurando que las yemas de sus dedos hagan contacto, para activar lo denominado por el hinduismo como puntos marmas (canales energéticos). A eso le sigue un estiramiento facial, propio de alguien que está sonriendo, para destensar el rostro. Luego les pido a todos que pongan cara de sorpresa y se vean a los ojos, lo cual suele causar una carcajada natural. Posteriormente, vienen emisiones de risas dirigidas que igualmente suelen resultar cómicas y una relajación final en la que también puedes reírte. Uno de los postulados del yoga de la risa dice que mientras un individuo se ríe evita las fluctuaciones mentales, deja de pensar y lleva su ego a la mínima expresión. En el Oncológico me percato de que la gente está muy consciente de que este ejercicio es una indicación médica, por lo cual, la sigue al pie de la letra”.

Beneficios psicológicos
La Unidad de Psicooncología del Hospital Oncológico Luis Razetti tiene como objetivo fundamental tratar los aspectos emocionales, psicológicos y psicoeducativos de sus pacientes y sus familiares. Desde hace, aproximadamente, tres años, un promedio de 100 individuos reciben allí mensualmente sesiones de risoterapia, stand up comedy y yoga de la risa. Blanca Torres, psicóloga perteneciente a la iniciativa explica los beneficios terapéuticos de este tipo de actividades.

“La risa disminuye notablemente los niveles de ansiedad en los pacientes y suele reducir, igualmente, los síntomas de depresión, el insomnio y la irritabilidad. Optimiza el manejo del estrés y las emociones negativas; los pacientes se tornan más optimistas, lo que ayuda a que acepten la enfermedad de manera sensata y tengan una mejor comprensión del proceso que están viviendo desde el punto de vista psicológico, se enfocan más en la curación que en la dolencia y esa actitud contribuye a que establezcan relaciones más funcionales con sus familiares y con sus médicos tratantes, del mismo modo que los ayuda a vencer temores”.

Bondades médicas
Las doctoras Ingrid Yépez y Tanit Huérfano, médicas adjuntas a la Unidad de Endocrinología del Hospital Militar mencionan que desde el 14 de noviembre de 2012 -a propósito del Día Mundial de la diabetes- se incorporaron formalmente actividades humorísticas a este servicio, con una buena aceptación de los pacientes, con edades comprendidas entre los 18 y los 70 años, con predominio del sexo femenino.
– “Los beneficios de la risa desde el punto de vista médico pueden resumirse en la liberación de hormonas que producen bienestar, entre otras las endorfinas cuya estimulación produce de modo crónico bienestar y mejor calidad de vida en general”.
– “Se han evidenciado casos puntuales en los cuales el apoyo de ciertas terapias basadas en el humor repercuten de forma favorable. Principalmente, en pacientes con enfermedad tiroidea y diabetes, mejorando adherencia al tratamiento y, por lo tanto, una evolución favorable de su enfermedad”.
– “Recomendamos involucrarse en las actividades humorísticas para ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y sobrellevar el duro momento que causa una enfermedad”.